LAS BALLENAS NOS HAN PERDONADO

Andaba yo ayer algo revuelta con tanta portada informativa, impactantes fotografías y titulares en caja grande. No sabía muy bien por dónde atacar este blog, que me he propuesto tener actualizado día a día (más por desahogo personal, que por otra cosa, en honor a la verdad). El cese de la lucha armada por parte de ETA, las fotografías del asesinato de Gadafi... estaba algo abrumada. Y como servidora no vive de esto, que tiene que ir a trabajar -por suerte, cada día-, estaba ayer que no daba pie con bolo. Ver la pantalla en blanco del ordenador me daba grima. Decidí, entonces, que lo mejor sería echarle un vistazo a mi revista de moda recién comprada. Una no tiene el bolsillo para dispendios, pero esta revista ha sido todo un descubrimiento del 'low cost' y de levantamiento de ánimo. No les pienso decir el nombre porque eso sería publicidad, y si el Grupo Zeta la quiere, pues que la pague, miren ustedes.
Pues eso, les decía, andaba yo entretenida con la dichosa revistita y con la televisión puesta de fondo. Entonces, en un momento dado, levanté la vista y me dí cuenta de que estaban emitiendo era un documental llamado 'GIGANTES DEL MAR'; le doy el nombre por si quieren buscar y tener información sobre él. ALUCINANTE. Ballenas y delfines bailaban, cantaban, se acercaban a los visitantes que acudían a verles y se dejaban besar, abrazar y acariciar por ellos. El documental en cuestión analiza cómo estos animales en realidad no son tan diferentes a nosotros y creo que fue grabado en Chile. Al paraje en concreto, en Chile como les decía, las ballenas acudían desde tiempos inmemoriales a encontrarse, aparearse, parir a sus crías y ayudarse unas a otras a cuidarlas; era como una 'quedada', que diríamos hoy en día. Cuando la vorágine de la caza de ballenas empezó a diezmar su población, éstas empezaron a atacar a los barcos balleneros con furia y rabia. Protegían a sus crías y congéneres causando alguna que otra baja humana.
Tras la declaración, hace años, de esta zona, como zona libre de caza de ballenas, empezaron a producirse cambios asombrosos. Las ballenas se acercaban a los barcos, y éstos a ellas, manteniendo las distancias y los recelos acumulados durante décadas. Porque ellas también tienen memoria, que lo sepan ustedes. Poco a poco hemos ido 'acercando posturas' que diríamos en lenguaje humano (porque ellas también tienen lenguaje, fíjense qué cosas) y hoy en día se organizan viajes para ir a verlas y estar con estos mamíferos enormes y maravillosos. Pero son ellas las que se acercan y se dejan tocar y besar, respondiendo a algo más que a actos reflejos; como si necesitaran ser besadas y abrazadas por nuestros brazos, como si necesitaran sentirnos y que nosotros las sintamos.
Según los científicos que las estudian, las responsables de este comportamiento son las 'células fusiformes'. Antes se pensaba que estas células sólo podían encontrarse en los cerebros humanos y son las responsables del lenguaje, la conciencia del 'yo' y del sentimiento de la compasión. Ahora, la comunidad científica nos informa de que ballenas y delfines poseen en sus cerebros el triple de células fusiformes que nosotros, la gran raza humana.
Y yo me pregunto después de ver las fotos de Gadafi, asesinado a manos de sus opositores... después de conocer que ETA, tras 43 años de muerte y terror, cesa en su guerra cruel y sinsentido, si algún día nuestra compasión nos permitirá un acercamiento entre los pueblos. Yo me pregunto si nuestras células fusiformes funcionarán como está mandado. Yo me pregunto si nuestra compasión estará lista para aceptar estos retos. Porque al fin y al cabo, si las ballenas nos han perdonado... ¿Por qué nosotros, no?

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