A JIRONAZOS

  
Escribir sobre lo que ves, sobre lo que sientes, sobre lo que escuchas..., sobre la crisis, Rajoy, Bárcenas, las primarias del PSOE en Andalucía, las conspiraciones del mundo mundial..., escribir sobre la vida; la de uno mismo o la de los demás...
   Enfrentarse a una página en blanco, o a una pantalla, que para el caso es lo mismo en los tiempos que corren... No saber por qué ni para quién emborronas o tecleas... Leer y releer lo escrito para ver qué tal queda y, sobre todo, si se entiende lo que quieres expresar.
   Llevar encima un bloc de notas y, como una posesa, escribir lo que te va viniendo a la cabeza, sin anestesia, sin hilazón, a jironazos y a latigazos. Tachar, arrancar hojas, porque no se entiende, porque te ha 'quedao' muy cursi la cosa. Porque además de ser una terapia el escribir, que te lean forma parte de ello. Terapia y narcisismo. En una era digital en la que lo escrito e impreso en papel sigue teniendo su caché, aunque reservado a los ilustres. En un mundo internauta invadido por blogs a millares; salas de cura en las que cada cual vuelca sus neuras, sus alegrías y miserias (casi siempre más de esto último), con la única esperanza de que alguien lo visite y se encuentre a gusto, haciendo que vuelva de nuevo. Con el deseo de que alguien sonría por tu culpa; de que alguien haya pasado por lo mismo que tú y te entienda perfectamente. Con la ilusión de que alguien recomiende tu blog a algún amigo; tu cuartito de la plancha.
   Quien diga que no mira el contador de visitas o miente como un bellaco o no necesita una sala de curas sino la López Ibor entera para él solito.
   Y mientras tanto, mis negros senegaleses de Ramadán. Pasándolas canutas playa arriba, playa abajo, sin comer ni beber hasta que no cae la noche. Y en verano las noches tardan más en caer.
   Baba ya nos ha 'enchufao' dos relojes y unas gafas; el primer día, nada más llegar. No sé cuántos relojes y gafas tenemos ya de Baba. Buenísimos. Algunos llevan más de dos años funcionando in que les hayamos tenido que cambiar ni las pilas, y sin que las duchas y los baños hayan hecho mella en ellos. Y si hubieran salido malos, como sebo de rata, nos hubiera dado igual. Baba tiene que comer, pagar el alquiler y enviar dinero a Senegal. Este año no ha podido viajar a su país porque las ventas están fatal, fatal que te rilas. Con un poco de suerte, lo conseguirá este año.
   Si mi Fatu, a la que aún no he visto este año, es la tía más guapa que anda por estos lares, Baba es el negraco más buenorro que he visto nunca, con permiso de mi 'santo'. Musulmán, como la mayoría de senegaleses que conozco por aquí. A Baba no le gustan los perros. Los espanta; no entiende por qué tenemos de mascotas y miembros casi de nuestras familias a un animal considerado impuro por la Ley de Mahoma. Pero no lo apalea ni los cuelga con pinzas en un tendedero. Los aparta, sin más.
   Musulmán y negro como el betún de Judea, Baba lleva a Senegal en las venas y en el alma. Hace Ramadán, pero lleva un amuleto (siempre oculto) enroscado a uno de sus brazos; un objeto de madera que, según él, lo protege de los malos espíritus y sobre todo de las heridas de arma blanca... "Esto es África", dice. Un personaje...
   Baba lleva tiempo en España. Tiene papeles. Afortunado, con la que está cayendo. Está 'especializado' en relojes y gafas de sol. Copias, claro está. Trabaja para él mismo; no tiene ninguna mafia detrás a la que rendir cuentas. Afortunadísimo con la que sigue cayendo. Málaga también tiene su Cobo Calleja y de él se nutren Baba y el resto de sus compatriotas. Pero las copias 'chachi', las que son peligrosas de vender y que Baba nunca lleva encima por aquello de que se lo requise la poli, ésas, se las envían desde Italia y Grecia por mensajería. Permitidme que no dé más datos ni que ilustre el artículo con una foto de Baba; muy a mi pesar, que conste. Pero lo mismo a él no le hace gracia por aquello de los malos espíritus y esas cosas.
   Está casado y tiene dos hijos. Cada año viaja a Senegal, como mi Fatu, a ver a la familia y pasar una temporada con ellos. Los meses que pasa allí aprovecha para trabajar en lo que salga, construcción, venta ambulante... lo que sea. Pero este año, como decía antes, Baba no ha conseguido el dinero para el billete de avión y sigue recorriendo la playa cada día, esperando que el verano se dé medio bien y poder volver pronto a Senegal. Aunque el verano no pinta demasiado bien de momento; menos gente, menos dinero, más comer en casa y menos en el chiringuito. Los pocos que quedan, los habituales a los que Baba no puede andar agobiando a diario. Porque a Baba le gusta cuidar a su clientela. Su mercancía tiene garantía, dice. "Yo soy la garantía" te suelta muy serio a la cara, "porque yo vivo aquí y paso cada día por aquí; si vendo algo mal ¿qué pasa cuando tú me veas mañana? Tú hablar mal de mí y Baba no vender más aquí". Efectivamente, así es y él lo sabe, porque además hay mucha competencia. Decenas de senegaleses viven aquí en esta zona de la costa malagueña quitándose la miseria a bofetadas.
   "Hay que tener cuidado", me dicen los lugareños, "que hay muchos espabilaos de éstos de Senegal y son muy mentirosos". Andaaaaa, no jodas. 'Pa' mentiroso el Rajoy y míralo. Todos callados como zorras y aguantando mecha. Por lo menos a mí, Baba, no me obliga a comprarle nada. Al otro y su plasma me los tengo que comer por cojones, pagarle el sueldo y aguantarlo 4 años, si Dios o la Justicia no lo remedian antes; Dios llamándolo a su seno o la Justicia llamándolo a declarar al Juzgado. Así en toa nuestra puta cara; paradojas de la Democracia.
   Baba es un historia más, una circunstancia más, un hombre más; un negro del Tercer Mundo que, como muchos otros que conozco, piensa que, a pesar de esta puta crisis, lo más importante es la salud y la familia. Que esos dos pilares son los que sostienen la vida del Hombre.
   Yo no termino de tenerlo claro. Pero lo mismo es porque yo no llegué a España en una patera.
   Va a ser por eso, ya verás...

Comentarios

  1. Dama de negro, "monstruo" enriquecedor del alma de los pobrecitos mortales que te siguen, tengo una duda Si Baba fuera o fuese, viejito, feo y enclenque ¿Se habría visto reflejado en tu artículo? Es una broma- de mal gusto, pero broma- conociéndote, seguro que sí, te importan más la humanidad que destilan las personas que su físico. Gracias por los buenos ratos.

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    1. si Baba fuera o fuese viejito, feo y enclenque, probablemente andaría en Senegal comiéndose los mocos en lugar de andar deambulando por la playa vendiendo gafas de sol. Te lo puedo asegurar. Pero sí, tendría cabida en el blog de la Dama. Como tantos otros. De todas formas, es que la Dama tiene un sentido particular de lo que es la belleza. Recuerda que este blog es el cuartito de la plancha. Aquí cabe todo el mundo mientras lo deje recogido todo cuando salga ;)

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  2. José Luis Pabón Ortiz3 de agosto de 2013, 20:16

    Soy un tanto desordenado y siempre he ido por libre, procuraré esmerarme para no irritar a la Dama. Recuerdo: cuartito de la plancha. Por un gran casual ¿No estará por ahí un calcetín del par, que se me ha perdido? Algo raro e inaudito, pero me suele pasar. ¿Culpa de mi santa? Nooooo, yo que soy así (dice ella).

    A la espera del próximo artículo de la Dama, me despido con un respetuoso; adiós guapa.

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